Mi paso por el Viceministerio de Turismo
Entre 2019 y 2021 tuve el honor de asumir el Viceministerio de Turismo de Colombia, el cargo público más alto dedicado exclusivamente al sector turístico en el país. Fue una responsabilidad inmensa pero también una oportunidad única de llevar a la práctica muchas de mis ideas sobre el potencial transformador del turismo.
Llegué al cargo en un momento de gran optimismo. Colombia seguía cosechando los frutos del proceso de paz y el turismo crecía a ritmos históricos. En 2019 alcanzamos cifras récord: 4,5 millones de visitantes internacionales, ingresos por USD 6.785 millones y la ocupación hotelera más alta de nuestra historia. El país escaló siete posiciones en el Índice de Competitividad Turística del Foro Económico Mundial. El turismo se consolidó como el tercer generador de divisas del país, superando al café, las flores y el banano juntos.
Uno de los logros que más me enorgullece fue liderar la formulación y aprobación de la Ley 2068 de 2020, la nueva Ley General de Turismo. Fue un proceso intenso que incluyó audiencias públicas, debates con todos los gremios y más de 100 proposiciones en el Congreso. Esta ley modernizó completamente el marco normativo del sector, poniendo la sostenibilidad en el centro de nuestra estrategia.
También formulamos la primera Política de Turismo Sostenible de Colombia, "Unidos por la Naturaleza", que posicionó al país como referente regional en turismo responsable. Colombia se convirtió en miembro fundador de la Coalición para el Futuro del Turismo, una iniciativa global para reimaginar el sector.
Durante ese período me toco enfrentar la pandemia. El COVID-19 golpeó al turismo como a ningún otro sector. En cuestión de semanas implementamos múltiples medidas de mitigación que llegaron a alcanzar más de 40: aplazamiento de impuestos, líneas de crédito especiales, incentivos económicos para los guías de turismo, y el programa "Check In Certificado" para bioseguridad turística que fue reconocido internacionalmente por la OMT. Fue un período durísimo, pero la respuesta coordinada con los gremios y las regiones demostró la fortaleza de nuestro sector.
Esta experiencia reafirmó mi convicción más profunda: el turismo bien gestionado puede ser simultáneamente motor económico, herramienta de conservación ambiental y vehículo de desarrollo para las comunidades locales. A continuación adjunto el informe de gestión completo para quien quiera profundizar en los detalles de este trabajo.